miércoles, 5 de agosto de 2015

A las cinco de la tarde

Sé que es agosto y que daban tormentas.

El cielo se ha puesto negro y retumba el trueno.

Que el fuego te consuma veloz y podamos devolver la ceniza a la tierra

el polvo al polvo.

Hasta siempre, Luismi.
                                                                      Signorina Pirandello




Para ti, lo nuestro siempre estaba bien.



A las cinco de la tarde
de este lunes de agosto
serás polvo, compañero,
polvo quevediano enamorado.

Te releo en tu primer andén de tinta,
con el equipaje humilde de sonrisa
y de farándula.
Alguien vestido de bruma
te estaba esperando en el próximo tren.

El último romántico,
Michel de Bergerac,
como aquel Cyrano de papel.
Luismi, pasión, inocencia,
leyenda y bosque.

Me hiere tu sueño de un futuro
ya imposible.
Nos hiere la Gran Segadora
que te dio una cita
sin avisarte a través del móvil.

Me hiere este implacable
azar de tu muerte.
                                                                                 Sombra Tenorio



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